Convertir unos botines en victorianos.

Me temo que este es un tema que me toca de lleno.
Es muy cierto lo que se ha dicho. Para poder cambiar un tacón a un zapato ha de encontrarse otro tacón sustituto que disponga de una caja o asiento de unión similar al tacón original. El problema comienza cuando se pretende cambiar el tipo de tacón. Los modelos stiletto o de aguja suelen tener cajas redondeadas y estrechas así como pendientes de asiento bastante pronunciadas. Mientras que los tacones anchos, los rectos y los victorianos suelen tener una caja bastante más cuadrada así como una pendiente mucho más suave. La casa Gamar dispone de algún modelo más o menos compatible, como por ejemplo el 40-5033, el 45-8023 e incluso el 75-5607 (este último es de aguja pero relativamente amplio). Pero para saber si verdaderamente se adaptan o no a sus botines habría que desmontar los tacones originales, lo cual puede dañar un poco el botín o el tacón extraido así que si al final no coincidiese con el modelo pretendido se notaría al volver a montar el tacón original.
Lo que sí que recomiendo es que si al final se decide cambiar los tacones se refuerce tambien la cambrilla. Sobre todo si el tacón pasa de 45 ó 50 milímetros. Dará mucha más estabilidad y ahorrará problemas de tobillo Y no debería encarecer demasiado la reparación ya que la nueva cambrilla simplificará la colocación del nuevo tacón.
Un saludo y suerte.
Y recuerda. No todos los zapateros osn iguales ni trabajan con los mismos materiales. Si uno dice que no se puede conviene preguntar a otro. Salvo que sea de completa confianza, claro. En ese caso, si lo dice suele ser por un buen motivo.

Para eso estamos aquí, querida.
Una opción de las posibles se me pasó pòr alto. Si la altura del tacón no es excesiva, cabe la posibilidad de hacer completamente a medida unos tacones a base de capas de crupón de cuero. Pero los problemas que plantean son varios. Por un lado encontrar quién quiera hacerlo debidamente. Por otro el precio, ya que el crupón no es ni mucho menos económico y la labor precisa de tiempo y maestría que ha de pagarse también de manera adecuada. Y por último, pero no menops importante, hay que tener en cuenta que, si bien un tacón de cuero macizo convertiría unos botines modernos en unos auténticos botines señoriales victorianos, también ha de tenerse en cuenta que el cuero a emplear será un material denso y por consiguiente hará que el calzado resultante sea bastante más pesado. Con facilidad se puede llegar a añadir 200 gramos o más a cada pie. Algo a tener muy en cuenta por cuestiones de comodidad y facilidad de uso.
Un saludo.