La Exposición Universal de Viena, 1873: Cuando los valses de Strauss se volvieron amargos.

El 1 de Mayo de 1873 el emperador Francisco José I, con semblante aparentemente feliz, inauguró la Exposición Universal en Viena tras el éxito de la anterior celebrada en París en 1867. Francisco José, casado con Isabel Amalia Eugenia duquesa de Baviera (Sissi), no tuvo una vida particularmente feliz. Aún así el imperio Austrohúngaro, que había pasado por un período de crecimiento económico y bienestar general, quiso mostrar al mundo todo el poder y el esplendor de la monarquía Habsburgo. La exposición, con el lema “Cultura y Educación”, se construyó en una extensión de 25,6 Hectáreas del Prater con objeto de hospedar a 26.000 exhibidores de 35 países.

El centro de la exposición lo constituía la Rotonda, una inmensa construcción de forma redondeada de 130 metros de diámetro y 84 metros de altura, en cuyo punto más alto se colocó una réplica de la Corona Imperial construida en hierro revestido de oro plateado. La puerta de entrada, con forma de arco de triunfo adornada con medias columnas y representaciones escultóricas, conducían a un espacio de más de 8.000 m2 en donde más de 1.000 exhibidores presentaban sus productos. La Rotonda, que costó el doble de lo presupuestado, era tres veces más grande que la cúpula de la catedral de St. Paul y más del doble que la de San Pedro.

En la ceremonia de inauguración participó la Orquesta Imperial de la Ópera que interpretó música de Händel, valses de Strauss y el Himno Nacional Austríaco. Todo parecía preparado para representar una historia edulcorada como, más tarde, se ocuparía la industria cinematográfica en explotar. Pero, en realidad, la música de Strauss, los bailes y todo el esplendor de Viena se volvieron amargos.......

Unos días después de la inauguración se produjo una enorme crisis económica mundial y el 9 de Mayo cayó la Bolsa de Viena. Por si esto fuera poco, en la Primavera-Verano de ese mismo año se declaró una epidemia de cólera en la ciudad de Viena que afectó a las clases más humildes. Se produjo una ola de pánico generalizado y de los 20 millones de visitantes esperados, al día de la clausura (1 Noviembre, 1873), solo habían pasado por la exposición 7 millones. La crisis económica y el cólera hicieron fracasar la exposición. No quedaron recursos siquiera para desmontar la Rotonda.

Durante años el imperio Austrohúngaro se mantuvo en un difícil equilibrio. Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial en 1918, todo el imperio saltó por los aires al producirse el desgajamiento de numerosos territorios. Ni la emperatriz, que había sido asesinada 20 años antes de finalizar la guerra, ni el emperador que murió dos años antes de acabar la contienda asistieron al desmembramiento del imperio. Un imperio que comprendía Austria, Hungría, Chequia, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y regiones de Serbia, Montenegro, Italia, Rumanía, Polonia y Ucrania. Lo que quedó de ese vasto imperio, Austria, quedó reducido a casi el 10% de su territorio anterior perdiendo más de 45 millones de habitantes, pasando de ser una gran potencia mundial a un país irrelevante. Tan irrelevante como su propia Exposición Universal y su Rotonda que un incendio, declarado en 1937, destruyó completamente.

Gracias por ese artículo!

Muy interesante el artículo !!
Lo que ha perdido la Humanidad con tanta guerra y todas las miserias que conlleva ..qué lástima .............

Gracias por hablarnos de un tema que, verdaderamente, ha despertado el interés en mí y me gustaría seguir investigando, doctor.

Me he tomado la libertad de enlazar este hilo con el de las grandes exposiciones universales para que queden relacionados.

Distinguida Lady Norwich,
Me alegra saber que compartimos un mismo interés y le animo a que continúe con la
investigación. Me parece muy oportuno que haya enlazado mi artículo con el de las
grandes exposiciones universales ya que se trataba de una de ellas, celebrada en una
época de gran interés para los miembros de Anacrónicos.
Con mi mayor consideración y respeto.

Robert Lister

Distinguida Lady Beresford,

Me alegra saber que mi artículo sobre la Exposición Universal de Viena le haya parecido interesante.
Me parece que los acontecimientos acaecidos en la segunda mitad del siglo XIX son de especial
interés para muchos miembros de Anacrónicos y quería relatar unos hechos reales, un tanto desconocidos
y alejados de lo que la industria cinematográfica nos ha servido muy edulcoradamente, sobre el Imperio
Austrohúngaro y el emperador Francisco José y su extravagante esposa Sissi.