Blas de Lezo y Olavarrieta (1689-1741): un gran estratega del siglo XVIII

¡Hola a todos!

Como les comentaba a las amables señoritas que me dieron hace poco la bienvenida al foro, me gustaría compartir con vosotros algunos de mis humildes conocimientos sobre Historia.

Éste es un pequeño artículo he escribí hace tiempo para un trabajo de clase y me pareció apropiado postearlo aquí por dos razones: una, porque ayer se cumplieron 333 años del nacimiento de uno de tantos personajes olvidados de la historia de España; y dos, porque os voy a adjuntar también un vídeo que hicieron un grupo de recreacionistas para conmemorar la defensa de Cartagena de Indias de 1741.

Por último, pediría a los Administradores que movieran el tema a donde consideren más oportuno: después de mucho buscar por el foro, este hilo es el que me ha parecido más apropiado. Sin más, os dejo con Lezo.



Es bien sabido que en nuestro país los ejercicios de “memoria histórica” están tremendamente politizados. Lo que quizá haya hecho que los españoles, a diferencia de otras grandes naciones occidentales, acostumbremos a mostrar poco interés por nuestro propio pasado o directamente nos avergoncemos de él. Lo que está claro es que el desconocimiento del mismo ha sumido a muchas de nuestras grandes figuras históricas en el olvido, ocasionando a su vez que los españoles identifiquemos nuestra historia con oscurantismo, sucesivas derrotas y nula o negativa influencia en grandes acontecimientos internacionales.

Hoy me gustaría introducir a todo aquel que esté interesado a descubrir la figura de uno de los talentos militares más importantes del siglo XVIII, aprovechando que ayer se cumplieron más de tres siglos de su nacimiento. Éste no es otro que don Blas de Lezo y Olavarrieta.

Nuestro guipuzcoano nace así el 3 de febrero de 1689 en Pasajes, en el seno de una familia de la baja nobleza y de intrépidos antepasados marinos. No obstante, fue enviado a Francia a educarse y en 1701, con apenas doce años ya le vemos embarcado en la escuadra francesa como guardiamarina al servicio del conde de Toulouse, Luis Alejandro de Borbón, hijo de Luis XIV. No debemos olvidar que en noviembre de 1700 el rey de España, Carlos II había muerto dejando tras de sí multitud de dubitativos testamentos acerca de quién debía sucederle en el trono. El último de ellos señalaba a un joven Felipe de Borbón, duque de Anjou (Carlos II era su tío-abuelo). Naturalmente, tras la voluntad del nuevo monarca se encontraba su abuelo Luis XIV, que durante largos años se sirvió de él como marioneta para medrar en la política exterior europea. En cualquier caso, se fomentó el intercambio de marinos y oficiales entre las Armadas francesa y española.

Como no podía ser de otra manera, las primeras peripecias bélicas de nuestro protagonista estuvieron enmarcadas en las batallas navales de la Guerra de Sucesión española (1700-1713). Este conflicto, que en un principio no fue más que una disputa interior entre dos modelos de gobierno simbolizados por los dos candidatos al trono de España (Felipe de Borbón, centralista y de pretensiones absolutistas y el Archiduque Carlos, austracista), pasó casi inmediatamente a convertirse en uno de dimensión europea. Y los aliados principales del candidato Austria no eran otros que los ingleses, que por entonces ya contaban con la mejor Marina hasta la fecha y que durante el siglo XVIII extenderían su dominio por mares de todo el globo gracias a su amplio y complejo Imperio colonial.

El 24 de agosto de 1704 se produjo la batalla naval más importante de aquella contienda frente a las costas de Vélez-Málaga. Don Blas se batió con arrojo hasta que una bala de cañón se llevó por delante su pierna izquierda, que debieron amputar en el momento sin ningún tipo de anestesia y por debajo de la rodilla. Luis XIV le recompensó con un ascenso al grado de Alférez de Bajel de Alto Bordo, e incluso le llegaron a ofrecer un puesto como asistente de Cámara del propio Felipe V. Sin embargo, él prefirió seguir enrolado, pues su verdadera ambición era convertirse en un gran comandante.


De modo que continuó sirviendo en diversos buques durante la guerra, distinguiéndose en la caza de numerosos barcos ingleses por sus travesías por el Mediterráneo. Sus últimas victorias tuvieron lugar en el Asedio (o Segundo Sitio) de Barcelona y en la captura del emblemático navío inglés Stanhope. En 1715, al mando del Nuestra Señora de Begoña y ya repuesto de sus heridas, dirige una gran flota a Mallorca, que se rinde sin un solo disparo.

Sin duda que la guerra le pasó factura: a la edad de 25 años, don Blas ya era un reconocido Capitán de Fragata aunque no sólo cojo, sino también tuerto y manco. Empezaron a referirse a él como “Patapalo” o “Mediohombre”, mientras que tanto ingleses como holandeses temían pronunciar su nombre a bordo por considerarlo de mal fario. Su fama no hizo sino aumentar cuando es destinado al Caribe al mando del buque insignia Lanfranco como escolta de una importante flota de galeones. Desde 1720 a 1730 le vemos integrado en una escuadra hispano-francesa encargada de “limpiar” de corsarios los Mares del Sur, o lo que es lo mismo, las costas del Perú. En 1725 incluso llegó a contraer matrimonio con una criolla de la zona, doña Josefa Pacheco.

En 1730 es llamado de regreso a España y se le deja encargado de varias misiones por el Mediterráneo, entre las que destaca el sitio de la República de Génova, que debía a España dos millones de pesos y que retenía en el Banco de San Jorge. En reconocimiento de sus servicios al Rey, éste le concede en 1731 como estandarte para su capitana la bandera morada con el escudo de armas de Felipe V, las órdenes del Espíritu Santo y el Toisón de Oro alrededor y cuatro anclas en sus extremos.También participó en diversas expediciones en el norte de África contra los argelinos. Durante este tiempo, su familia quedó en Puerto de Santa María, donde se conocía a su esposa como “la Gobernaora”. Finalmente, el rey lo ascendió en 1734 a Teniente General de la Armada. Regresó a América con los navíos Fuerte y Conquistador en 1737 como comandante general de Cartagena de Indias.

Precisamente es en Cartagena de Indias donde realiza su más grande actuación, pues hubo de defender heroicamente la plaza en 1741 frente al sitio de la gran flota del almirante inglés Edward Vernon. La excusa de los ingleses para iniciar un conflicto con España fue el apresamiento de un barco corsario comandado por Robert Jenkins cerca de la costa de Florida. Y es que el tráfico de ultramar español se veía constantemente entorpecido e interrumpido por estos piratas ingleses al servicio de "su Graciosa Majestad". Así pues, en su comparecencia ante la Cámara de los Lores, Jenkins denunció el caso con la oreja en la mano, de ahí que los ingleses conozcan el conflicto como "Guerra de la oreja de Jenkins".



Vernon. envalentonado tras el saqueo de la mal guarnecida plaza de Portobelo (Panamá), desafió a Lezo. No obstante, el sitio de Cartagena de Indias acabó siendo una gran victoria española, con más mérito si cabe a causa de la enorme desproporción entre los dos bandos contendientes. Tan colosal derrota de los ingleses aseguró el dominio español de los mares durante más de medio siglo hasta que lo perdió en Trafalgar, cosa que la historia inglesa nunca renococió. Es más, los ingleses, profundamente humillados por la derrota, ocultaron monedas y medallas grabadas con anterioridad para celebrar la victoria que nunca llegó. Y es que tan convencidos estaban de la victoria sobre Cartagena, que pusieron monedas conmemorativas y medallas en circulación que decían en su anverso: "Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741" y "El orgullo español humillado por Vernon".


Pero ocurrió justo lo contrario: con sólo seis navíos, 2.830 hombres y mucha imaginación, Blas de Lezo derrotó a Vernon, que traía 180 navíos y casi 25.000 hombres. Fue tal la derrota que el rey de Inglaterra, Jorge II, prohibió hablar de ella o que se escribieran crónicas alusivas al hecho, como si nunca hubiese ocurrido. Mientras el almirante Vernon se alejaba de la bahía con su armada destrozada gritó al viento una frase: "God damn you, Lezo!" (¡Que Dios te maldiga Lezo!). En su respuesta por carta a Vernon, Blas de Lezo pronunció la inmortal frase:

"Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, porque ésta sólo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir."

Blas de Lezo falleció en la propia Cartagena de Indias al contraer la peste, enfermedad generada por los cuerpos insepultos que dejaron los sucesivos combates. En España, algunos personajes cercanos a la corte de Felipe V intentaron apuntarse la victoria desmereciendo los esfuerzos de Lezo. "Patapalo" también tuvo problemas personales a causa del ataque a Cartagena con el virrey Eslava, de Nueva Granada. Su familia quedó desprestigiada y es significativo que desde ese momento les perdamos la pista en los padrones municipales, tanto de Puerto de Santa María, como de Cartagena de Indias. De tal manera que sólo varios años más tarde se le otorgó a Lezo un título póstumo como Marqués de Ovieco. La situación de su tumba es anónima, mientras que Vernon, pese al descalabro sufrido, reposa en la mismísima Abadía de Westminster como tantos de los héroes nacionales que allí descansan.


De pocos años para acá se han escrito algunas novelas históricas, pequeños trabajos más científicos y hasta alguna que otra columna periodística sobre don Blas. A pesar de algunas inexactitudes históricas que contiene, me gustaría compartir con vosotros el artículo de Pérez-Reverte, gracias al cual pude oír por vez primera de este gran personaje.

Artículo de Pérez-Reverte en el suplemento XLSemanal: http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/553/el-vasco-que-humillo-a-los-ingleses/

Artículo escrito por historiadores profesionales de La Bitácora de Pedro Morgan: http://bitacoradepedromorgan.wordpress.com/2010/10/26/la-historia-no-es-un-juguete-de-la-batalla-de-las-navas-de-tolosa-a-la-guerra-de-la-convencion/

* En cuanto a la información, por desgracia, los datos autobiográficos pertenecen casi en su totalidad a la Wikipedia. Para la Guerra de Sucesión española, sin embargo, he utilizado el imprescindible aunque ya algo anticuado manual de Henry Kamen y un libro bastante reciente y revisionista: ALBAREDA, Joaquim, "La Guerra de Sucesión de España (1700-1714)", Barcelona: Crítica, 2010.

¡Qué gran personaje, milady! gracias por dárnoslo a conocer y por hacernos tan amena la historia. Si existen fotos o el mismo video que anunciásteis al principio, nos encantaría verlo, pues ayuda bastante a la imaginación y a las letras. Lástima que tras un combate tan glorioso por la defensa de Cartagena, su nombre cayera en el olvido y su cuerpo ante el paso de la peste. Los ingleses se tuvieron bien merecido el quedarse con sus monedas victoriosas por haber vendido la piel antes que cazarla.

Lady Dahlia escribió: Sin duda que la guerra le pasó factura: a la edad de 25 años, don Blas ya era un reconocido Capitán de Fragata aunque no sólo cojo, sino también tuerto y manco.

En cierta manera me ha recordado al gran Nelson que los británicos tanto ensalazan. ¡Ay si los españoles tuviésemos un poco más de sangre nacional y respeto por nuestros héroes que dieron la vida por esta gran nación!...

En eso estoy, Lady Áyden, pero me tarda mucho en cargar los vídeos y las imágenes... :S Sigo intentándolo...

La verdad es que la vida de este hombre, como la de Catalina de Erauso es digna de mención, y de lo más apasionante. Son personajes hechos a si mismos, y que, cueste lo que cueste, defienden sus ideales, creando biografías que bien podrían compararse con las de más conocidos héroes. Es una pena de verdad que no se los conozca más.

Eso si, una pequeña acotación, Blas de Lezo fue Guipúzcoano, no Vizcaíno

Elizabeth Anne Montgomery escribió:Eso si, una pequeña acotación, Blas de Lezo fue Guipúzcoano, no Vizcaíno

Lo siento muchísimo, error garrafal por mi parte (es lo que tiene escribir deprisa). Efectivamente, Pasajes es un pueblo precioso que se encuentra a apenas unos kilómetros de San Sebastián.

Un saludo

Es que vivo al lado, y la verdad es que ha chocado . Pero recomiento a todo aquel que pueda visitar Pasajes, es un pueblo pesquero precioso

Nada, nada, muchas gracias por la aclaración . Ya está todo pertinentemente corregido, jeje... Sólo me queda añadir la bibliografía y alguna imagen más y listo.

¡Un saludo!

Y para la gente que se pregunte el porqué se le llamaba Blas de Lezo, porque era de Lezo, hoy en día es un pueblo independiente, pero en la época formaba parte de Pasajes

Según lo que dices, Elizabeth Anne Montgomery, es muy probable que el pueblo por aquel entonces fuera más grande o tuviera más importancia como lugar administrativo que en la actualidad, ¿no? Te lo pregunto porque si eres de allí seguro que lo sabes. Supongo que don Blas sí será bastante más conocido por la zona que aquí en la capital.

Un saludo

La verdad es que no, pero ya sabes que fuerte tocan aquí los sentimientos patrios de todo tipo

Acabo de ver el post actualizado, lady Dhalia y se queda aún más impresionante con la bibliografía y las fotos. ¡Gracias!. Me sigue pareciendo curiosísimo (y provocador) que los ingleses acuñaran monedas victoriosas antes de haber comenzado si quiera la batalla.

Los retratos de Don Blas parece que nos está guiñando el ojo. Es curioso porque la misma sensación tuve cuando estuve en el Museo del Romanticismo de Madrid, que alberga el retrato de un caballero con el mismo gesto y un vigilante me aclaró que el pobre tipo estaba tuerto por culpa de un duelo.

Pues esta historia, afortunadamente, no ha caído en el olvido por parte de la Armada Española: una de nuestras Fragatas actuales, una de las modernas F-100, lleva el nombre de Blas de Lezo.
Y no sólo eso, sino que... Os trascribo un anécdota que ocurrió en 2005 relacionada con una celebración de otra efeméride menos gloriosa para España a la que nuestros ahora aliados ingleses tuvieron el "detalle" de invitarnos:

(Trascrito del blog www.elendil.es)

Elegante y gran bofetada de la Armada Española a la Royal Navy
ESCRITO POR XOXE SUNDAY - 1 - MARCH - 2009

El 28 de junio del 2005 se celebró en Portsmouth el segundo centenario de la victoria de la Royal Navy sobre la armada franco-española en Trafalgar, celebración a la que acudieron buques en representación de diversos paises.
Entre buenas palabras y formas, España decidió aceptar la invitación de Inglaterra con tal de enterrar enemistades del pasado en pro del fraternalismo actual, pero con un pequeño detalle: a tal celebración envió el porta-aeronaves Príncipe de Asturias y la Fragata Blas de Lezo.
Fue tan inteligente así como irónico que ningún medio de comunicación se percató del detalle, pero la Armada Española le dió una soberana bofetada a la Royal Navy, que celebró su vigésimo centenario seguramente con muchas sonrisas y alegrías falsas tras ver el nombre de la Fragata que acompañó al Principe de Asturias, ¡Blas de Lezo!

Esa "sutil" ironía me ha encantado!. Habría que haber visto las caras de quienes comprendieran realmente que había pasado.

Leí en su momento el artículo de Pérez-Reverte(no es la primera vez que se dedica a rescatar del olvido esas figuras que en cualquier otro país los niños de 4 años recitarían de memoria, en fin), y lo disfruté como una enana. Muchísimas gracias por ampliarlo, he vuelto a disfrutarlo con una sonrisa de oreja a oreja...

Jajajaja, el español y su ingenio. Bravo por esa gallarda directa que, con elegante picardía, todavía aplaudieron los ingleses. XD