Polidori, Stoker y Le fanu y su deuda con el padre Calmet:VAMPIROS

Si en una conversación dejas caer que te encantan las historias de vampiros, es fácil que varios de los presentes digan “Oh! A mí también me encantan los vampiros, he leído muchas novelas”. Y acto seguido, se inicia un cruce de títulos de libros y películas. No todos habrán leido Drácula, de Stoker, pero muchos habrán visto la película. Casi todos conocerán "Entrevista con un vampiro" y la saga "Crepúsculo". Ahora bien, si de verdad te gusta el tema, conocerás el vampiro de Polidori y a Carmilla, aunque no los haya leído. Y aquí llega la sorpresa, cuando la mayoría de los que se reconocen conocedores del asunto te miran con cara de asombro y te preguntan de qué hablas. Entonces el asombrado eres tú, porque sabes, que si de verdad eres un entregado aficionado a los chupasangres, TIENES que conocer a estos dos. Así que mejor no mencionas al padre Calmet y su obra más famosa, porque entonces no te miraran asombrados, no. Creerán que eres una snob y sólo intentas llamar la atención. Y sin embargo, la obra de Calmet está considerada como la “culpable” de que el siglo XIX fuera el siglo de la aparición de los vampiros en la literatura europea. Sin la obra de Calmet, no existiría Carmilla, Drácula ni el Vampiro(así es como titula Polidori su relato), ni Varney el vampiro. Porque la obra de Calmet es el primer tratado que se escribe sobre los episodios de vampirismo que venían ocurriendo en la zona de los Balcanes y Grecia desde mucho tiempo atrás. Estoy hablando de "Tratado sobre los vampiros" (su verdadero título rezaba " Tratado sobre las apariciones de espíritus, y sobre los vampiros, o los revinientes de Hungría, Moravia, etc), escrito en 1751.

Monje benedictino, hombre instruído y erudito bíblico, Dom Augustin Calmet posiblemente no sabía que iniciaba, en pleno Siglo de las Luces, una corriente oscura, morbosa y de inframundo, que en el siglo siguiente alcanzaría su cénit en las obras de Polidori, Stoker y Sheridan Le Fanu.
¿Y qué nos encontramos en este tratado? Pues una maravilla para los amantes del género. A modo de ejemplo, algunos títulos de los distintos capítulos:
Capítulo 1: "La resurrección de un muerto es obra exclusivamente de Dios". Por si hay alguna duda de la condición de monje del autor.
Capítulo 2: "Resurreción de gentes que no estaban verdaderamente muertas". Éste inspiró a Poe...
Capítulo 8: Muertos de Hungría que chupan la sangre a los vivos.
Capítulo 18: Revinientes en Inglaterra"
Capítulo 19: "Revinientes en Perú".
Capítulo 20: Revinientes en Laponia".
Capítulo 26: "Ejemplos de personas que han dado signos de vida después de muertos, y que se han retirado por respeto para dejar sitio a otros más dignos".
Capítulo 40: "Diversos sistemas para explicar el retorno de los revinientes".
Capítulo 45: "Muertos que en la tumba mastican como los cerdos y que devoran su propia carne".
Capítulo 60:" Imposibilidad moral de que los revinientes salgan de las tumbas".

Calmet no se moja mucho, nos ofrece un montón de testimonios de gente respetable y creíble, testigos de distintas epidemias vampíricas en la zona del Egeo, Hungría y Centroeuropa. La obra no tarda en cruzar fronteras y en España, otro benedictino, Feijoo, después de leerla decide comentarla en una de sus famosas cartas, por supuesto, rezumando lógica: "¿Quién no ve que en esos cuentos de vampiros se envuelven tres imposibles? El primero, mantenerse el vampiro vivo en el sepulcro no sólo muchos días, sino muchos meses,... Segundo imposible, salir del sepulcro sin apartar la losa ni remover la tierra,.... Tercero de la misma especie, el regreso del vampiro al sepulcro, que tampoco puede ser sin penetración por intervenir el mismo estorbo."

SI podéis haceros con él ,merece la pena leerlo. Es curioso como los testigos creibles, militares, escritores, delegados imperiales y demás, cuando hacen una descripción de los hechos, siempre narran la histeria colectiva que se instala en el pueblo del reviniente. En general, se muestran escépticos, incluso aquellos que narran como el cadáver del supuesto vampiro aparece sonrosado y con sangre fresca en la boca cuando los vecinos, enfebrecidos, deciden clavarle una estaca en el corazón y quemarlo. Y atención al último capítulo, dónde deja el papel de escritor a un anónimo que narra un supuesto caso de "espíritus burlones". El protagonista, resulta "víctima de su temperamento melancólico, que le ha llevado a imaginar, ver y oir muchas cosas, ha fingido todavía más para sostener lo que su extravío o su juego le habían hecho asegurar, y ningún espíritu de ningún tipo ha tenido parte en la aventura".

En España la obra está editada por la editorial "Reino de Cordelia". "Tratado sobre los Vampiros", de Augustin Calmet. Traducción de Lorenzo Martín del Burgo. Prólogo de Luis Alberto de Cuenca. Colección Reino de Goneril, mayo 2009.

Muy interesante Lorena. Efectivamente, conocía las obras decimonónicas y creo que me las he leído casi todas pero sin embargo, no sabía absolutamente nada del padre Calmet. Sin él, posiblemente el mito vampírico no hubiera sido tan prolijo durante el s. XIX y no hubiera dado obras de arte como las que ahora tenemos.

Así me has dejado,Lorena.
Yo soy de las de Crónicas vampíricas y Drácula ,no puede ser,jeje.
Gracias por esta información,que tendré muy en cuenta.
Besos!