Sombreros, tocados y peinados (1899-1909 aprox.)

Estoy buscando pero no encuentro dos enlaces que colgó Mlle Ryette sobre peinados eduardianos, pero no los encuentro, así que cuelgo aquí como quedó la prueba que hice siguiendo uno de los videos. La chica cogía el pelo en una coleta un poco alta, la aflojaba e introducía el pelo en el hueco que quedaba entre la cabeza y la goma. Me quedó algo así:

Vista lateral:

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]



Y desde atrás:

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]



La modelo es mi compañera Marisol, que muy amablemente se dejó peinar y tironear por mí. Y las horquillas son mías, por eso son oscuras... Yo creo que no quedó tan mal, después de todo, para ser la primera vez...

Me parece un peinado juvenil muy eduardiano (de hecho me recuerda al que lleva Amaia Salamanca en "Gran hotel") aunque creo que es más de día que de noche. Precioso cabello el que tiene Marisol, por cierto.

Dejo aquí un tutorial del peinado Gibson . La apariencia final no es exacta, pero en mi opinión, dejando suelto la primera hilera del cabello, en la frente, para luego echarla hacia atrás y tapar todos los moñetes, da el pego que te mueres. Sobre todo por la forma que tiene de recoger el pelo que se queda suelto en la coronilla.
Gibson Girl

Quería añadir unas imágenes de peinados para caballeros y niña. Es una ilustración contemporánea, data de 1902 y pertenece a la sección de tocador de la revista "La Última Moda" número 748 de 4 de mayo.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Qué bigotes...

Una de sombreros de 1906

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Unos cuantos sombreros de moda en 1901

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Aquí os trascribo un artículo sobre el arte de peinarse, aparecido en el periódico La Moda Elegante, el 22 de mayo de 1904


"Digamos, ante todo, que el volumen del peinado debe ser proporcionado a la estatura de quién lo adopta. Una persona baja que tenga la cabeza un poco grande ha de evitar los ahuecados y el moño voluminoso. Por el contrario, la que es alta y gruesa, en vez de aplastar el pelo debe ahuecarlo ligeramente. Con la frente deprimida hay que evitar el moño demasiado grueso, así como con la nariz larga se ha de huir del moño en punta, que exageraría el perfil.
El conjunto del peinado se ha de sujetar a exigencias aún más estrictas. El pelo levantado no conviene más que a las caras redondas, a las cabezas demasiado cortas, a las que un peinado alto alarga y da proporciones. El pelo partido por una raya al lado está indicado para una cara alargada, dejando el peinado hueco a derecha e izquierda, con rizos que avancen sobre la frente.
Aún las caras bien ovaladas tienen que preocuparse de las leyes de la estética respecto del peinado visto de perfil. Los perfiles que tienden hacia atrás exigen la colocación del pelo hacia delante, y hasta piden amplias ondulaciones huecas y la absoluta supresión de los bandeaux , que acentuarían el defecto de las líneas.
Es esencial cuidar que la anchura de la parte alta de la cabeza iguale a la de las mejillas. Una cara demasiado ancha ha de adoptar un peinado alto y en el que queden bien poblados los dos lados para atenuar el saliente de los pómulos. Para una fisonomía delgada y alargada, se impone un peinado ancho, y será de muy buen efecto dejar caer sobre la frente una pequeña ondulación tomada del ahuecado de delante. En cambio, si la frente es prominente sobre los ojos, debe dejarse más despejada para no endurecer la fisonomía.
En general,el recuadrar acentuadamente la cara con ondulaciones del pelo conviene a todos los tipos y a todas las edades. Por el contrario, el levantar el pelo desde su raíz en forma de casco, con el arrollado Cake-Walk hasta cerca de las cejas o solamente con un grupo de buclecitos en medio de la frente, es disposición que se ha de mirar con prevención y adoptar con prudencia, porque fácilmente se comprende que exige facciones muy y que solo se compadece con la frescura y la juventud.
La naturaleza o clase del pelo ha de tenerse en cuenta al elegir el peinado. Una cabellera rubia se realza con lo vaporoso de la ondulación y del rizado, en tanto el pelo negro perdería mucho al quitarle su brillo, que luce con los peinados lisos. Rizando y encrespando el pelo negro, sólo se obtiene un peinado desordenado, duro y de mal gusto.
En la edad avanzada también se debe atender a la forma del peinado, huyendo de las adoptadas por la juventud, para evitar la crudeza del contraste. La frente y las sienes deben estar acompañadas por bandeaux ondulados o huecos, pero con ligereza, porque todo lo que se agolpa hacia la parte anterior de la cabeza tiende a dar dureza a la fisonomía. Debe también contenerse el moño en moderadas dimensiones, redondeando bien la cabeza y apoyando en la nuca.
A partir de los 18 años, el pelo debe ir levantado, cuidando de una extrema sencillez y huyendo de lo recargado que puede significar un deseo de distinguirse y de pasar por original, que fácilmente se criticaría.
Ya se trate de adornos para la noche, ya del sombrero para el día, el color de lo que complete el peinado juega un papel preponderante, porque la menor discordancia entre ello y el cutis, la edad y el color del pelo puede destruir la armonía del conjunto. Todo lo que brilla es de buen efecto sobre el pelo negro, aclara el cutis moreno. El rojo y el amarillo favorecen a las morenas; el rosa, el azul pálido, el malva y el verde sientan mejor a las rubias. No se señala tanto lo que ha de favorecer al pelo castaño y a la tez trigueña, pero puede decirse que las que tienen un cutis más claro deben preferir los medios tonos, y las que poseen una tez mate de han de inclinar a los adecuados para las morenas, como el cereza, el crema, el negro, etc.
Dentro de esta clasificación caben muchos distingos. Por ejemplo, el sombrero blanco mate no conviene a los cutis blancos y rosados con pelo rubio oscuro; el verde no es admisible sino para el pelo rojizo con cutis blanco lechoso; el rosa es de efecto fatal en personas de color arrebatado, y si se emplea con el pelo blanco, se ha de separar siempre de él por medio del blanco del verde, ya con hojas si se trata de rosas, ya con flores de color blanco si el rosa está en gasas, lazos o drapeados. Un sombrero de color rojo cardenal está muy indicado para un cutis demasiado encarnado, porque lo hará palidecer.
Las combinaciones de colores también pueden producir felices efectos.
Las rubias pueden combinar el azul pálido con blanco o plata, el verde con oro, el rosa con blanco. Las morenas pueden adoptar el azul, aunque tiende a dar dureza a la expresión, si le separan de la cara con blanco; pueden combinar el cereza con oro, el encarnado con plata, el negro con rosa: todas estas combinaciones las favorecerán si cuidan de no aproximar a la cara más que los colores vivos.
Tales son las reglas del arte del peinado."

Así que ya saben mis queridas damas.

Fantástico artículo, Lorena, muchas gracias. ^_^

Y las fotos de Lizz que conforme iba leyendo me iban ilustrando, son geniales. ¡Gracias a ambas!

Los consejos sobre la forma del peinado según la forma de la cara y el perfil de la mujer me parecen todavía ser consejos buenos y aplicables en nuestros días. No se trata siempre de seguir la moda.
La moda del copete en los años 40 era fatal para las que no tenían la nariz adecuada.
Sin embargo, eso de los colores calientes para las morenas y de los colores frios para las rubias es un estereotipo.

lorena escribió:
El rojo y el amarillo favorecen a las morenas; el rosa, el azul pálido, el malva y el verde sientan mejor a las rubias. No se señala tanto lo que ha de favorecer al pelo castaño y a la tez trigueña, pero puede decirse que las que tienen  un cutis más claro deben preferir los medios tonos, y las que poseen una tez mate de han de inclinar a los adecuados para las morenas, como el cereza, el crema, el negro, etc.

Las pruebas de colorimetría demuestran que es sin relacion con el color de los cabellos o de la piel.
Hice esa prueba con un de coach relooking con un paragua de fotografía, un punto luminoso de luz sobre la cara y alternando el tejido plata y el tejido dorado y es flagrante que con el tejido oro, los defectos de mi cara, ojeras, maquillaje resaltaban mientras que el color plata me daba aspecto más saludable y una piel iluminada. Vi para una rubia que era el tejido oro que la favorecía y un hombre negro y otro magrebí era el tejido plata que los favorecía!
El verde es un color muy ambiguo, hay verdes fríos (con más azul) y verdes calientes (con más color amarillo).

¡Cuánto se aprende con ustedes!