Cantantes de ópera en el s. XIX
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Cantantes de ópera en el s. XIX
Cantantes han habido en todos los siglos y en todos los países pero seguro que el s. XIX fue el cúlmen de esta profesión y de sus maniáticos y gloriosos personajes. Si ahora nos sorprenden caprichos de Montserrat Caballé, de Plácido Domingo o de Carreras, esperad a ver cómo eran hace 100 años, sobre todo las "primas donnas".
El castratto fue el rey y centro de la ópera en el siglo XVIII pero en el XIX fue la diva quien reinó en la escena y en los corazones del público, más que en ningún otro momento de la historia. Hasta finales del siglo XX no se pudieron poner frenos a los caprichos y exigencias de quien se sabía dueña y señora de las entradas de taquilla.
Algunas prácticas decimonónicas implantadas por estas estrellas (como usar sus propios vestuarios en las representaciones, determinar asuntos relativos a la producción y dirección o imponer a sus colegas o amantes con algo de voz), fueron parte de la vida de la ópera hasta la segunda mitad del siglo XX, aunque parezca mentira. Esto no significa que en el sigo XIX no se buscara un cambio, por demás necesario en la estructura de producción y representación de la ópera. De hecho, a finales del siglo XIX, el director escénico convivirá con el empresario, siempre a la sombra del director musical, que nace más o menos al mismo tiempo y que se trataba, en general, de ex cantantes de ópera que, al retirarse, encontraban una manera de seguir estando cerca del escenario. Otros eran grandes aficionados a la ópera que, en su infinito amor por ella, resultaban mejores conocedores de ella que muchos profesionales. En ambos casos era común que el director de escena tuviera dos capacidades imprescindibles para realizar su tarea: conocimientos musicales y de técnica teatral. ¿Y qué tiene todo esto que ver con los cantantes de ópera, os preguntareis?. Pues mucho, como vereis a continuación, pues ellos no eran siquiera capaces de dirigir, dominar o calmar los nervios de los tenores y de las divas que tenían bajo su dirección.
Este director musical (o regisseur en francés) se hacía cargo de la colocación del coro pero, aunque resulte extraño, no trabajaba con los solistas. De hecho, en muchos casos seguía las instrucciones de la estrella para su mayor lucimiento. El cantante principal siempre tenía la libertad de actuar como quisiera, de usar el vestuario de su propiedad o de su elección personal, sin considerar la unidad con el resto (a menudo se daban casos en los que los cantantes se vestían con su bandera natal para salir a escena). Además de ensayar a su gusto y de estar presente en el teatro sólo un día antes de la representación, muchas veces ni siquiera notificaba lo que haría en escena. Un ejemplo anecdótico que explica esto es que Adelina Patti incluía en su contrato una cláusula que la eximía de ensayar, por no hablar de los aspectos relacionados con las furias temperamentales, los berrinches, los caprichos y demás.
A veces las cantantes se adueñaron de papeles masculinos simplemente por que les gustaron. Las sopranos desearon interpretar papeles de tenor y las contraltos se presentaron en papeles de bajo, como es el caso del papel bellamente masculino de Tamino (“La flauta mágica” de Mozart), que fue cantado por mujeres o inluso en el “Otello” de Rossini, Giuditta Pasta cantó el rol… ¡de Otello!. Claro que esto se podía permitir porque realmente y hasta principios del s. XX, a la ópera ibas a "ser visto y a mirar", más que a ver y a apreciar la belleza de unas voces. Al teatro de esta época se le relaciona con las citas amorosas, las cenas y los juegos de azar. La actividad central de estos teatros no era ni oír ni ver ópera, y se consideraba más un pretexto para la vida social que la razón principal para asistir a un edificio teatral. De hecho, los dueños de los palcos, consideraban éstos como extensiones de sus propiedades, sin ir más lejos.
Esto poco a poco se fue modificando con el cambio de centuria (las excentricidades de las primas donas se fueron rebajando), aunque costó mucho la adaptación del público a este nuevo avance*.
* Como anécdota, aunque no tiene mucho que ver con el hilo de cantantes de ópera, destacamos el hecho de apagar la luz de la sala durante la representación, como propuso Wagner y aplicó Appia. En el artículo de la revista del Teatro Real de Madrid de 1900 puede leerse: [...]Hace pocos días algunos abonados protestaban contra la oscuridad que se imponía en la sala durante la representación. Puesto que las señoras se visten como en pocas otras capitales, para acudir a las funciones del Real, es natural que les guste lucir sus galas, siendo un atractivo más, la nota de elegancia que emana de ellas. Pocos teatros extranjeros ofrecen un conjunto tan homogéneo como nuestro teatro de arte lírico; así que parece muy natural que los elementos de elegancia femenina, que contribuyen al lucimiento del teatro, tengan derecho a que los atiendan. [...]
Fuente: Enid Negrete
Y ahora, hablemos de algunas de las mejores voces de todo el s. XIX.
El castratto fue el rey y centro de la ópera en el siglo XVIII pero en el XIX fue la diva quien reinó en la escena y en los corazones del público, más que en ningún otro momento de la historia. Hasta finales del siglo XX no se pudieron poner frenos a los caprichos y exigencias de quien se sabía dueña y señora de las entradas de taquilla.
Algunas prácticas decimonónicas implantadas por estas estrellas (como usar sus propios vestuarios en las representaciones, determinar asuntos relativos a la producción y dirección o imponer a sus colegas o amantes con algo de voz), fueron parte de la vida de la ópera hasta la segunda mitad del siglo XX, aunque parezca mentira. Esto no significa que en el sigo XIX no se buscara un cambio, por demás necesario en la estructura de producción y representación de la ópera. De hecho, a finales del siglo XIX, el director escénico convivirá con el empresario, siempre a la sombra del director musical, que nace más o menos al mismo tiempo y que se trataba, en general, de ex cantantes de ópera que, al retirarse, encontraban una manera de seguir estando cerca del escenario. Otros eran grandes aficionados a la ópera que, en su infinito amor por ella, resultaban mejores conocedores de ella que muchos profesionales. En ambos casos era común que el director de escena tuviera dos capacidades imprescindibles para realizar su tarea: conocimientos musicales y de técnica teatral. ¿Y qué tiene todo esto que ver con los cantantes de ópera, os preguntareis?. Pues mucho, como vereis a continuación, pues ellos no eran siquiera capaces de dirigir, dominar o calmar los nervios de los tenores y de las divas que tenían bajo su dirección.
Este director musical (o regisseur en francés) se hacía cargo de la colocación del coro pero, aunque resulte extraño, no trabajaba con los solistas. De hecho, en muchos casos seguía las instrucciones de la estrella para su mayor lucimiento. El cantante principal siempre tenía la libertad de actuar como quisiera, de usar el vestuario de su propiedad o de su elección personal, sin considerar la unidad con el resto (a menudo se daban casos en los que los cantantes se vestían con su bandera natal para salir a escena). Además de ensayar a su gusto y de estar presente en el teatro sólo un día antes de la representación, muchas veces ni siquiera notificaba lo que haría en escena. Un ejemplo anecdótico que explica esto es que Adelina Patti incluía en su contrato una cláusula que la eximía de ensayar, por no hablar de los aspectos relacionados con las furias temperamentales, los berrinches, los caprichos y demás.
A veces las cantantes se adueñaron de papeles masculinos simplemente por que les gustaron. Las sopranos desearon interpretar papeles de tenor y las contraltos se presentaron en papeles de bajo, como es el caso del papel bellamente masculino de Tamino (“La flauta mágica” de Mozart), que fue cantado por mujeres o inluso en el “Otello” de Rossini, Giuditta Pasta cantó el rol… ¡de Otello!. Claro que esto se podía permitir porque realmente y hasta principios del s. XX, a la ópera ibas a "ser visto y a mirar", más que a ver y a apreciar la belleza de unas voces. Al teatro de esta época se le relaciona con las citas amorosas, las cenas y los juegos de azar. La actividad central de estos teatros no era ni oír ni ver ópera, y se consideraba más un pretexto para la vida social que la razón principal para asistir a un edificio teatral. De hecho, los dueños de los palcos, consideraban éstos como extensiones de sus propiedades, sin ir más lejos.
Esto poco a poco se fue modificando con el cambio de centuria (las excentricidades de las primas donas se fueron rebajando), aunque costó mucho la adaptación del público a este nuevo avance*.
* Como anécdota, aunque no tiene mucho que ver con el hilo de cantantes de ópera, destacamos el hecho de apagar la luz de la sala durante la representación, como propuso Wagner y aplicó Appia. En el artículo de la revista del Teatro Real de Madrid de 1900 puede leerse: [...]Hace pocos días algunos abonados protestaban contra la oscuridad que se imponía en la sala durante la representación. Puesto que las señoras se visten como en pocas otras capitales, para acudir a las funciones del Real, es natural que les guste lucir sus galas, siendo un atractivo más, la nota de elegancia que emana de ellas. Pocos teatros extranjeros ofrecen un conjunto tan homogéneo como nuestro teatro de arte lírico; así que parece muy natural que los elementos de elegancia femenina, que contribuyen al lucimiento del teatro, tengan derecho a que los atiendan. [...]
Fuente: Enid Negrete
Y ahora, hablemos de algunas de las mejores voces de todo el s. XIX.
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Jenny Lind (1820 -1887)
Johanna Maria Lind (Jenny Lind para los amigos XD) nació en Estocolmo el 6 de octubre de 1820 muriendo a la edad de 67 años en Malvern, Worcestershire, Inglaterra, el 2 de noviembre de 1887. Fue una de las sopranos más célebres de Suecia, conocida mundialmente como "El ruiseñor sueco" ("The Swedish Nightingale"; el título luego lo heredó Christine Nilsson a la que se le conoció como "The second swedish nightingale") tanto por sus papeles en Suecia como en Europa. Fue igualmente extraordinariamente popular tras la gira de conciertos que hizo alrededor de America a comienzos de 1850. Perteneció a la Royal Swedish Academy de Music desde 1840 (en el s.XIX era muy normal que las damas pertenecieran a asociaciones y los caballeros a clubs).
¿Os creíais que eso es todo? ¡es solo la introducción! sigamos leyendo.
Dos imagenes de Lind cuando comenzó su carrera:
Era la hija ilegítima (estaba muy mal visto por ser poco elegante pero la mitad de los habitantes del s.XIX o eran bastardos o ilegítimos) de un maestro de escuela con quien la madre de Lind se casó cuando ésta tenía 14 años.
A Lind le llegó la fama tras interpretar el papel de Agatha en "El cazador furtivo" (Der Freischütz) de Weber en su país natal, en Suecia, hacia 1838. Tras su éxito, fue la más requerida en los escenarios de su país y del resto de Europa durante más de una década, estudiando ópera italiana y francesa en París durante los años 1841–42 con Manuel Patricio Rodríguez García.
Tras tres temporadas en Londres (en 1847 cantó ante ¡la mismísima reina Victoria! en Her Majesty's Theatre), P. T. Barnum (sí, sí, el mismo que tenía un circo de freaks y que se dedicaba a la muestra de maravillas nunca antes conocidas) la invitó a visitar América donde dió, - atención- la escalofriante suma de ¡93 conciertos! ganando un total de $250,000, suma nada desdeñable si recordamos que nos encontramos a mediados del s. XIX. Barnum tampoco pudo quejarse con su brillante idea de presentar a Lind a EEUU, pues ganó una suma similar.
Dos caricaturas de Lind en América: la 1ª muestra a Barnum con dos freaks señalando una gran lámina de la cantante sueca, como si fuese una exhibición maravillosa y única de su espectáculo; la 2ª muestra a la diva siendo coronada por sus súbditos y admiradores americanos.
Jenny se casó en Massachusetts en 1852 con el pianista Otto Goldschmidt, teniendo 3 hijos. (Esto no quiere decir que no tuviera amantes o amores platónicos. Entre los nombres más sonantes, destacamos a Von Schneidau - un amigo sueco de Jenny que después se convertiría en su 1er fotógrafo oficial en América- , Hans Christian Andersen, - quien se inspiró en ella para escribir tres de sus cuentos como son "El patito feo", (ella no le correspondió en su amor), "El ángel," y "El ruiseñor", título que como ya hemos dicho, luego la perseguiría en su fama- , Mendelssohn y Chopin).
El primer daguerrotipo de Lind en EEUU realizado en 1850 por su amigo el fotógrafo Von Schneidau en el estudio de Nueva York y otro realizado por M. Root en el mismo estudio y época:
Tres meses después de su boda, regresaron a Europa donde vivieron 1º en Alemania y posteriormente en Inglaterra. En recuerdo de su gran amigo, cantó dos veces los "Recuerdos de mazurcas" compuesta F. Chopin a la Reina Victoria en 1855–1856. Durante la década de los 60, limitó sus conciertos y se convirtió en filantropista de causas culturales y humanitarias y durante algunos años, también en profesora de canto de la Academia Real de Música.
Su última representación fue en Düsseldorf el 20 de enero de 1870 cantando "Ruth", un oratorio compuesta por su esposo.
Anécdotas:
* Aparentemente Lind encargó el famoso cuadro de Felix Barrias "La muerte de Chopin".
* Multitud de sitios y objetos llevan su nombre, como una locomotora y el barco de vapor "El ruiseñor", así como la sopa "Jenny Lind". Su nombre aparece en el parque infantil de Rupert Street, Norwich,Inglaterra; en un distrito escocés de la ciudad de Glasgow, y por supuesto en calles de McKeesport, Pennsylvania, North Easton, Massachusetts, y Stanhope, New Jersey; en la Isla Jenny Lind de Canada; en la ciudad de Jenny Lind, California, una capilla lleva su nombre en la universidad de Worcester, en Inglaterra así como un hotel y un pub en Hastings, East Sussex. Tóma ya. (Si cobrara por patentar su nombre, sería más rica de lo que en vida ya fue)
* Muchas obras están compuestas o basadas en Lind, como la "Polka Jenny Lind" de Anton Wallerstein realizada en 1845, así como numerosos bailes populares y canciones de tuna.
* En el cine, su historia ha sido llevada en varias ocasiones. Destaca la versión realizada en Hollywood en 1931 titulada "A Lady's Morals" donde Grace Moore interpretaba a Lind y Wallace Beery aparecía como P.T. Barnum. En 1941 Ilse Werner apareció como la soprano sueca en la película alemana "Schwedische Nachtigall", con Joachim Gottschalk como Hans Christian Andersen. En 2001, una pelicula semi-biográfica sobre Hans Christian Andersen retrato a Lind y la última noticia que tenemos es que Hugh Jackman producirá y protagonizará “The Greatest Showman on Earth”, un musical basado en la vida del animador y empresario circense P.T. Barnum y donde el "romance" que vivió con Jenny Lind será una de las bazas más comerciales de la película, interpretando al ruiseñor sueco probablemente, Anne Hathaway.
¿Os creíais que eso es todo? ¡es solo la introducción! sigamos leyendo.
Dos imagenes de Lind cuando comenzó su carrera:
Era la hija ilegítima (estaba muy mal visto por ser poco elegante pero la mitad de los habitantes del s.XIX o eran bastardos o ilegítimos) de un maestro de escuela con quien la madre de Lind se casó cuando ésta tenía 14 años.
A Lind le llegó la fama tras interpretar el papel de Agatha en "El cazador furtivo" (Der Freischütz) de Weber en su país natal, en Suecia, hacia 1838. Tras su éxito, fue la más requerida en los escenarios de su país y del resto de Europa durante más de una década, estudiando ópera italiana y francesa en París durante los años 1841–42 con Manuel Patricio Rodríguez García.
Tras tres temporadas en Londres (en 1847 cantó ante ¡la mismísima reina Victoria! en Her Majesty's Theatre), P. T. Barnum (sí, sí, el mismo que tenía un circo de freaks y que se dedicaba a la muestra de maravillas nunca antes conocidas) la invitó a visitar América donde dió, - atención- la escalofriante suma de ¡93 conciertos! ganando un total de $250,000, suma nada desdeñable si recordamos que nos encontramos a mediados del s. XIX. Barnum tampoco pudo quejarse con su brillante idea de presentar a Lind a EEUU, pues ganó una suma similar.
Dos caricaturas de Lind en América: la 1ª muestra a Barnum con dos freaks señalando una gran lámina de la cantante sueca, como si fuese una exhibición maravillosa y única de su espectáculo; la 2ª muestra a la diva siendo coronada por sus súbditos y admiradores americanos.
Jenny se casó en Massachusetts en 1852 con el pianista Otto Goldschmidt, teniendo 3 hijos. (Esto no quiere decir que no tuviera amantes o amores platónicos. Entre los nombres más sonantes, destacamos a Von Schneidau - un amigo sueco de Jenny que después se convertiría en su 1er fotógrafo oficial en América- , Hans Christian Andersen, - quien se inspiró en ella para escribir tres de sus cuentos como son "El patito feo", (ella no le correspondió en su amor), "El ángel," y "El ruiseñor", título que como ya hemos dicho, luego la perseguiría en su fama- , Mendelssohn y Chopin).
El primer daguerrotipo de Lind en EEUU realizado en 1850 por su amigo el fotógrafo Von Schneidau en el estudio de Nueva York y otro realizado por M. Root en el mismo estudio y época:
Tres meses después de su boda, regresaron a Europa donde vivieron 1º en Alemania y posteriormente en Inglaterra. En recuerdo de su gran amigo, cantó dos veces los "Recuerdos de mazurcas" compuesta F. Chopin a la Reina Victoria en 1855–1856. Durante la década de los 60, limitó sus conciertos y se convirtió en filantropista de causas culturales y humanitarias y durante algunos años, también en profesora de canto de la Academia Real de Música.
Su última representación fue en Düsseldorf el 20 de enero de 1870 cantando "Ruth", un oratorio compuesta por su esposo.
Anécdotas:
* Aparentemente Lind encargó el famoso cuadro de Felix Barrias "La muerte de Chopin".
* Multitud de sitios y objetos llevan su nombre, como una locomotora y el barco de vapor "El ruiseñor", así como la sopa "Jenny Lind". Su nombre aparece en el parque infantil de Rupert Street, Norwich,Inglaterra; en un distrito escocés de la ciudad de Glasgow, y por supuesto en calles de McKeesport, Pennsylvania, North Easton, Massachusetts, y Stanhope, New Jersey; en la Isla Jenny Lind de Canada; en la ciudad de Jenny Lind, California, una capilla lleva su nombre en la universidad de Worcester, en Inglaterra así como un hotel y un pub en Hastings, East Sussex. Tóma ya. (Si cobrara por patentar su nombre, sería más rica de lo que en vida ya fue)
* Muchas obras están compuestas o basadas en Lind, como la "Polka Jenny Lind" de Anton Wallerstein realizada en 1845, así como numerosos bailes populares y canciones de tuna.
* En el cine, su historia ha sido llevada en varias ocasiones. Destaca la versión realizada en Hollywood en 1931 titulada "A Lady's Morals" donde Grace Moore interpretaba a Lind y Wallace Beery aparecía como P.T. Barnum. En 1941 Ilse Werner apareció como la soprano sueca en la película alemana "Schwedische Nachtigall", con Joachim Gottschalk como Hans Christian Andersen. En 2001, una pelicula semi-biográfica sobre Hans Christian Andersen retrato a Lind y la última noticia que tenemos es que Hugh Jackman producirá y protagonizará “The Greatest Showman on Earth”, un musical basado en la vida del animador y empresario circense P.T. Barnum y donde el "romance" que vivió con Jenny Lind será una de las bazas más comerciales de la película, interpretando al ruiseñor sueco probablemente, Anne Hathaway.
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Christine Nilsson (1843 - 1921)
Como Jenny Lind, Christine Nilsson fue una de las más grandes cantantes de ópera suecas de todos los tiempos y como su antecesora, no dejó ninguna grabación de su dulce y angelical voz. Fue considerada "The second nightingale" o "el segundo ruiseñor" comparándola con Jenny y su rivalidad con Adelina Patti en la profesión fue conocida por sus espectadores y admiradores.
Su verdadero nombre era el de Kristina Jonasdotter (se cambió el apellido para una mejor comercialización del nombre, ya que mucha gente no podía pronunciarlo). Nació en el pueblecito de Sjöabol, cerca de Växjö, Småland, siendo la pequeña de 7 hijos de los campesinos Jonas Nilsson y Cajsa-Stina Månsdotter. Con 8 años ya ayudaba económicamente a sus padres y cuando había pequeños mercados o ferias alrededor de su comarca, cantaba, bailaba y tocaba el violín para ganarse algunas monedas. Cuando contaba con 14 años, se le presentó una fantástica oportunidad que cambiaría su vida para siempre cuando cantó en un festival musical local en el mercado de Ljungby. Todos los que la escucharon cayeron rendidos a su encanto y aptitudes musicales. Un destacado funcionario se encontraba entre el público y desde que la escuchó, supo que debía convertirla en una diva del bel canto. Pronto se convirtió en su mecenas, la sacó de la miseria y le ofreció clases de canto y perfeccionamiento de voz.
En 1860 ya ofreció algunos conciertos en Estocolmo (donde tuvo como profesor a Franz Berwald) y en Uppsala. Después de desplazarse a París con su mecenas y su esposa, estudió en el conservatorio de la capital del Sena durante 4 años, debutando ni más ni menos que en el Théâtre Lyrique de París en 1864 con el papel de Violetta en "La traviata" de Giuseppe Verdi y donde estuvo casi 3 años representando óperas como "la flauta mágica" (en el papel de la reina de la noche), "La hija del regimiento" de Bizet, "Hamlet" de Ambroise Thomas (1868) y sobre todo, donde interpretó por 1º vez la representación inaugural del "Fausto" de Gounod (1869). Después de un éxito consagrado, puso el mundo a sus pies cantando en las mejores y más sublimes óperas de todo el mundo.
Nilsson en sus roles más famosos: "La traviata", Mignon, "La hija del regimiento", Ofelia y Margarita.
Hizo su debut en el Covent Garden en 1869 con el papel de Lucia di Lammermoor, y durante la temporada de ópera representó también por primera vez en Londres el "Hamlet" que ya había estrenado en París. En 1870 cantó en el oratorio de Julius Benedict "La leyenda de Santa Cecilia", fue la primera Mignon en Londres en el Drury Lane y se embarcó (septiembre 1870) para realizar una gira alrededor de USA dirigida por Maurice Strakosch, cantando (¿adivinais?, ¡si, también por 1ª vez!) en Nueva York el papel de Mignon para la Academia de Música en 1871(aún no se había terminado de construir el Metropolitan de Nueva York). En tierras del nuevo mundo estuvo cerca de dos años coronándose como "la nueva reina de la canción" (ya se habían olvidado de Lind y es que el público es así, ávido de nuevas divas y modas). Como anécdota, os contaré que cantó en numerosas ciudades americanas y que recibió fantásticas ovaciones en todas ellas y hasta regalos. De hecho, el 8 de julio de 1871 visitó a las tropas del General Upton en West Points como invitada especial, cantándoles canciones suecas y americanas. En agradecimiento, cada cadete se arrancó un botón de su uniforme y le hicieron un collar espectacular realizado con relucientes botones para que no olvidara el evento.
Se dice que durante su primera gira por América visitió más de 30 ciudades y dio unos 173 conciertos y veladas operísticas.
Caricatura de Nilsson entrando triunfante a una ciudad americana:
A su regreso a Europa, Christine se casó en el verano de 1872 con el financiero parisino Auguste Rouzaud, desconocido para el público pero cuya boda fue casi tan real como la de la corona, siendo igualmente celebrada en la Abadía de Westminster.
En otoño del mismo año representó en el Drury Lane obras de Mozart, Meyerbeer, Wagner y Verdi y tomó parte en la 1ª representación (cantando en italiano) de la obra póstuma de Michael Balfe, "El talisman" (1874). En el Her Majesty's Theatre cantó por 1ª vez en Londres el "Mefistofele" de Arrigo Boito (1880). En esta época viajó bastante, visitando las lejanas tierras de San Petersburgo y Moscú varias veces entre 1872 y 1875, gozando de un nuevo éxito. Como anécdota de su presencia en tierras rusas, existe una graciosa: cuando estaba representando sobre el escenario la escena del jardín de "Fausto", abrió el cofre en el que tenían que haber unas joyas para ponérselas en la escena y ¡no estaban!. Resultó que los rusos pensaban que eran regalos para sus zares y se los habían entregado como presentes reales. En compensación, se le regaló a Nilsson tras la representación y una vez aclarado el equívoco, una corona de laurel realizada en oro.
Tras las frias y lejanas tierras rusas, regresó a los EEUU durante la temporada 1873 - 74. Ahí se le abrieron todas las puertas de las mejores familias, se codeó con la nobleza e incluso estuvo invitada a la Casa Blanca.
Debutó a su vuelta en Bruselas el 3 de abril de 1875 cuando representó nuevamente a Ophelia en el Théâtre de la Monnaie. En 1877 estuvo cantando en Viena y un año más tarde en el Court Theatre de Munich.
Siguiendo con su periplo musical por todo el mundo, regresó una vez más, a Nueva York (cuna entonces de todo) en 1883 para la temporada inaugural del recién levantado teatro de la ópera, el Metropolitan Opera House, donde cantó de nuevo el "Fausto" en la representación inaugural e interpretó el personaje de "La Gioconda" en el primer papel local de esta representación de Amilcare Ponchielli.
Poco después, se retiró de los escenarios en 1888, después de 25 años en la escena. Se había quedado viuda en 1882, pero se volvió a casar en 1887 con el noble español Angel Ramón Maria Vallejo y Miranda, Conde de Casa Miranda, que murió en 1902. Por el amor que le tuvo y durante el resto de su vida, firmó como Christine de Casa Miranda. No tuvo hijos ni del primer ni del segundo matrimonio aunque sí una hijastra, fruto de un matrimonio anterior de su segundo marido que quedó viudo antes de casarse con nuestro ángel de música sueco.
A la muerte del conde, se marchó a Suecia donde murió en 1921.
Dicen que su voz tenía un timbre muy puro y brillante, inmensamente flexible llegando perfectamente a las dos octavas y media. Ofelia, Margarita y Mignon fueron probablemente sus mejores papeles adornándolos con una apariencia atractiva y una personalidad elegante sobre los escenarios como lo demostró en su "Violeta".
Fuente: H. Headland : "Christine Nilsson: the Songbird of the North"
Anécdotas:
* Es muy probable que fuera el personaje femenino en el que se basó Gastón Leroux para crear a su Christine Daaé, la protagonista de su gran novela "El fantasma de la ópera" (las semejanzas entre ambas son asombrosas).
* Nilsson es mencionada quedando doblemente inmortalizada en la novela "Anna Karenina" de León Tolstói y en "La edad de la inocencia" (1920) de Edith Wharton. En la obra de ésta última, se abre el primer capítulo con la representación del "Fausto" de Gounod en la Academia de la Música de Nueva York en la década de 1870, citando a la soprano sueca en el papel de Margarita. Es posible que Wharton se basara en impresiones reales durante las representaciones de la diva en el Metropolitan pero en la década de 1880, ya que en los 70, Edith aún era muy niña. A lo largo de la novela, el nombre de la soprano aparece en varias ocasiones.
* Berwald escribió su ópera "Drottningen av Golconda" (‘La reina de Golconda’) para que la representara Nilsson pero no fue estrenada hasta muchos años después de la muerte de la célebre soprano.
* Christine cantó para la inauguracion oficial del Metropolitan Opera en 1883 como Margarita de Fausto. En la gala celebrando el centenario del teatro en 1983, su compatriota Birgit Nilsson cerró las celebraciones homenajeándola con su canción preferida.
* El Christina Nilsson también fue un barco estadounidense que naufragó en 1885 en los grandes lagos.
* El artista holandés Anton Pieck (1895-1987) realizó una ilustración donde se veía una calle con transeúntes y un cartel donde se lee la representación de Lucia di Lammermoor de Donizetti en la ópera, cantada por Christine Nilsson.
Su verdadero nombre era el de Kristina Jonasdotter (se cambió el apellido para una mejor comercialización del nombre, ya que mucha gente no podía pronunciarlo). Nació en el pueblecito de Sjöabol, cerca de Växjö, Småland, siendo la pequeña de 7 hijos de los campesinos Jonas Nilsson y Cajsa-Stina Månsdotter. Con 8 años ya ayudaba económicamente a sus padres y cuando había pequeños mercados o ferias alrededor de su comarca, cantaba, bailaba y tocaba el violín para ganarse algunas monedas. Cuando contaba con 14 años, se le presentó una fantástica oportunidad que cambiaría su vida para siempre cuando cantó en un festival musical local en el mercado de Ljungby. Todos los que la escucharon cayeron rendidos a su encanto y aptitudes musicales. Un destacado funcionario se encontraba entre el público y desde que la escuchó, supo que debía convertirla en una diva del bel canto. Pronto se convirtió en su mecenas, la sacó de la miseria y le ofreció clases de canto y perfeccionamiento de voz.
En 1860 ya ofreció algunos conciertos en Estocolmo (donde tuvo como profesor a Franz Berwald) y en Uppsala. Después de desplazarse a París con su mecenas y su esposa, estudió en el conservatorio de la capital del Sena durante 4 años, debutando ni más ni menos que en el Théâtre Lyrique de París en 1864 con el papel de Violetta en "La traviata" de Giuseppe Verdi y donde estuvo casi 3 años representando óperas como "la flauta mágica" (en el papel de la reina de la noche), "La hija del regimiento" de Bizet, "Hamlet" de Ambroise Thomas (1868) y sobre todo, donde interpretó por 1º vez la representación inaugural del "Fausto" de Gounod (1869). Después de un éxito consagrado, puso el mundo a sus pies cantando en las mejores y más sublimes óperas de todo el mundo.
Nilsson en sus roles más famosos: "La traviata", Mignon, "La hija del regimiento", Ofelia y Margarita.
Hizo su debut en el Covent Garden en 1869 con el papel de Lucia di Lammermoor, y durante la temporada de ópera representó también por primera vez en Londres el "Hamlet" que ya había estrenado en París. En 1870 cantó en el oratorio de Julius Benedict "La leyenda de Santa Cecilia", fue la primera Mignon en Londres en el Drury Lane y se embarcó (septiembre 1870) para realizar una gira alrededor de USA dirigida por Maurice Strakosch, cantando (¿adivinais?, ¡si, también por 1ª vez!) en Nueva York el papel de Mignon para la Academia de Música en 1871(aún no se había terminado de construir el Metropolitan de Nueva York). En tierras del nuevo mundo estuvo cerca de dos años coronándose como "la nueva reina de la canción" (ya se habían olvidado de Lind y es que el público es así, ávido de nuevas divas y modas). Como anécdota, os contaré que cantó en numerosas ciudades americanas y que recibió fantásticas ovaciones en todas ellas y hasta regalos. De hecho, el 8 de julio de 1871 visitó a las tropas del General Upton en West Points como invitada especial, cantándoles canciones suecas y americanas. En agradecimiento, cada cadete se arrancó un botón de su uniforme y le hicieron un collar espectacular realizado con relucientes botones para que no olvidara el evento.
Se dice que durante su primera gira por América visitió más de 30 ciudades y dio unos 173 conciertos y veladas operísticas.
Caricatura de Nilsson entrando triunfante a una ciudad americana:
A su regreso a Europa, Christine se casó en el verano de 1872 con el financiero parisino Auguste Rouzaud, desconocido para el público pero cuya boda fue casi tan real como la de la corona, siendo igualmente celebrada en la Abadía de Westminster.
En otoño del mismo año representó en el Drury Lane obras de Mozart, Meyerbeer, Wagner y Verdi y tomó parte en la 1ª representación (cantando en italiano) de la obra póstuma de Michael Balfe, "El talisman" (1874). En el Her Majesty's Theatre cantó por 1ª vez en Londres el "Mefistofele" de Arrigo Boito (1880). En esta época viajó bastante, visitando las lejanas tierras de San Petersburgo y Moscú varias veces entre 1872 y 1875, gozando de un nuevo éxito. Como anécdota de su presencia en tierras rusas, existe una graciosa: cuando estaba representando sobre el escenario la escena del jardín de "Fausto", abrió el cofre en el que tenían que haber unas joyas para ponérselas en la escena y ¡no estaban!. Resultó que los rusos pensaban que eran regalos para sus zares y se los habían entregado como presentes reales. En compensación, se le regaló a Nilsson tras la representación y una vez aclarado el equívoco, una corona de laurel realizada en oro.
Tras las frias y lejanas tierras rusas, regresó a los EEUU durante la temporada 1873 - 74. Ahí se le abrieron todas las puertas de las mejores familias, se codeó con la nobleza e incluso estuvo invitada a la Casa Blanca.
Debutó a su vuelta en Bruselas el 3 de abril de 1875 cuando representó nuevamente a Ophelia en el Théâtre de la Monnaie. En 1877 estuvo cantando en Viena y un año más tarde en el Court Theatre de Munich.
Siguiendo con su periplo musical por todo el mundo, regresó una vez más, a Nueva York (cuna entonces de todo) en 1883 para la temporada inaugural del recién levantado teatro de la ópera, el Metropolitan Opera House, donde cantó de nuevo el "Fausto" en la representación inaugural e interpretó el personaje de "La Gioconda" en el primer papel local de esta representación de Amilcare Ponchielli.
Poco después, se retiró de los escenarios en 1888, después de 25 años en la escena. Se había quedado viuda en 1882, pero se volvió a casar en 1887 con el noble español Angel Ramón Maria Vallejo y Miranda, Conde de Casa Miranda, que murió en 1902. Por el amor que le tuvo y durante el resto de su vida, firmó como Christine de Casa Miranda. No tuvo hijos ni del primer ni del segundo matrimonio aunque sí una hijastra, fruto de un matrimonio anterior de su segundo marido que quedó viudo antes de casarse con nuestro ángel de música sueco.
A la muerte del conde, se marchó a Suecia donde murió en 1921.
Dicen que su voz tenía un timbre muy puro y brillante, inmensamente flexible llegando perfectamente a las dos octavas y media. Ofelia, Margarita y Mignon fueron probablemente sus mejores papeles adornándolos con una apariencia atractiva y una personalidad elegante sobre los escenarios como lo demostró en su "Violeta".
Fuente: H. Headland : "Christine Nilsson: the Songbird of the North"
Anécdotas:
* Es muy probable que fuera el personaje femenino en el que se basó Gastón Leroux para crear a su Christine Daaé, la protagonista de su gran novela "El fantasma de la ópera" (las semejanzas entre ambas son asombrosas).
* Nilsson es mencionada quedando doblemente inmortalizada en la novela "Anna Karenina" de León Tolstói y en "La edad de la inocencia" (1920) de Edith Wharton. En la obra de ésta última, se abre el primer capítulo con la representación del "Fausto" de Gounod en la Academia de la Música de Nueva York en la década de 1870, citando a la soprano sueca en el papel de Margarita. Es posible que Wharton se basara en impresiones reales durante las representaciones de la diva en el Metropolitan pero en la década de 1880, ya que en los 70, Edith aún era muy niña. A lo largo de la novela, el nombre de la soprano aparece en varias ocasiones.
* Berwald escribió su ópera "Drottningen av Golconda" (‘La reina de Golconda’) para que la representara Nilsson pero no fue estrenada hasta muchos años después de la muerte de la célebre soprano.
* Christine cantó para la inauguracion oficial del Metropolitan Opera en 1883 como Margarita de Fausto. En la gala celebrando el centenario del teatro en 1983, su compatriota Birgit Nilsson cerró las celebraciones homenajeándola con su canción preferida.
* El Christina Nilsson también fue un barco estadounidense que naufragó en 1885 en los grandes lagos.
* El artista holandés Anton Pieck (1895-1987) realizó una ilustración donde se veía una calle con transeúntes y un cartel donde se lee la representación de Lucia di Lammermoor de Donizetti en la ópera, cantada por Christine Nilsson.
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